RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- En la República Dominicana, el 20% de la población padece algún trastorno mental, entre los más comunes figuran la bipolaridad, esquizofrenia, trastornos de la conducta, distimia (un tipo de depresión) y trastornos alimenticios.
Este alarmante dato, revelado en el informe “Impacto de la salud mental en el sistema de salud dominicano”, pone de manifiesto una realidad preocupante que trasciende la esfera de la salud y se extiende al ámbito financiero.
Alejandro Fernández W., superintendente de Bancos, destacó la estrecha relación entre el bienestar psicológico y la estabilidad financiera.
Según sus palabras, el estrés y la ansiedad provocados por el sobreendeudamiento y la presión de cobradores pueden minar la salud mental de cualquier persona, poniendo en riesgo su bienestar integral. “En nuestro país, la salud mental es vista como un tabú, pero debe ser tratada”, subrayó Fernández durante su participación en el webinar “Mente sana en bolsillo sano (y viceversa)” de la entidad que dirige.
Un problema en aumento es la ludopatía. Esta adicción, capaz de desviar recursos destinados a otras necesidades, no solo afecta la estabilidad financiera, sino que también ejerce una presión adicional sobre la salud mental de quienes la padecen.
En la República Dominicana, esta problemática se ha vuelto cada vez más común, generando preocupación tanto en el ámbito financiero como en el de la salud mental.
Según datos del psiquiatra Rafael Johnson, publicados en la guía “Salud mental: los juegos de azar y el manejo del dinero”, hasta un 85% de los ludópatas han contemplado el suicidio como única salida a las abrumadoras deudas generadas por su desenfreno en el juego. De hecho, el 19% de los suicidios están relacionados con deudas por juegos de azar.
Presupuesto insuficiente para salud mental
El economista e investigador Emilio Hungría lamenta que la República Dominicana esté dentro del grupo de naciones que asignan menos del 1% del presupuesto de salud a la salud mental. Según estimaciones internacionales, las personas con problemas de salud mental tienen tres veces y media más probabilidades de tener deudas problemáticas.
Asimismo, la mitad de todas las personas con deudas problemáticas tienen un problema de salud mental. Hungría citó datos de la Encuesta de Cultura Económica y Financiera (2014), que revela que el 60% de los hogares dominicanos tienen anualmente alguna circunstancia donde los ingresos no cubren los gastos, que dos de cada tres hogares eligen endeudarse cuando se encuentran en esta situación y menos del 25% se endeuda en la banca formal.
Impacto en el bolsillo
La salud mental puede tener un impacto significativo en las finanzas personales de varias maneras. Los problemas de salud mental, como la ansiedad, la depresión o el estrés crónico, pueden afectar la capacidad de una persona para desempeñarse en su trabajo, lo que a su vez puede influir en sus ingresos y oportunidades laborales.
La productividad laboral puede disminuir, lo que a largo plazo puede resultar en menores ingresos. Además, los problemas de salud mental a menudo van acompañados de gastos adicionales relacionados con el tratamiento de profesionales, medicamentos y terapias. Estos costos pueden afectar el presupuesto personal y disminuir la capacidad de ahorro o inversión a largo plazo.
Las dificultades económicas, las deudas o la inestabilidad financiera pueden generar ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental, creando un círculo vicioso de deterioro tanto financiero como psicológico.
Recomendaciones para un enfoque integral
Para arrojar mayor luz sobre este tema y proporcionar herramientas útiles, se presentan las siguientes recomendaciones:
1. Apoyo: si usted está experimentando problemas de salud mental, es fundamental buscar ayuda de un profesional del área.
2. Ahorro: obtener conocimientos sobre finanzas puede ayudar a tomar decisiones informadas y reducir el estrés vinculado al dinero.
3. Plan realista: crear un plan financiero basado en metas alcanzables puede ayudar a reducir la incertidumbre por estos temas.
4. Autocuidado: Las prácticas de autocuidado, como el ejercicio y el tiempo de calidad con seres queridos, ayudan al bienestar.
5. Equilibrio: mantener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal puede ayudar a reducir el estrés laboral.
6. Aprendizaje: aprender a presupuestar, ahorrar e invertir de manera efectiva puede proporcionar una sensación de control.
