RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- La República Dominicana, conocida por su diversidad económica y sus atractivos turísticos, cuenta con un destino excepcional en la península de Samaná: el monumento natural del Salto El Limón. Este impresionante salto de agua, ubicado en la comunidad de El Limón, se erige como un símbolo de ecoturismo sostenible y una fuente vital de ingresos para la zona.
Con un promedio de 15,290 turistas entre los trimestres de enero a marzo y octubre a diciembre de 2023, se proyecta que el Salto El Limón atraiga hasta 70,000 visitantes, tanto nacionales como extranjeros, en el próximo año. Este aumento en la visitación no solo beneficia a la economía local, sino que también contribuye al sustento de más de 13 negocios directos y al empleo de más de 350 guías turísticos.
El singular atractivo natural, situado a unos 300 metros sobre el nivel del mar, ofrece a los visitantes la oportunidad de disfrutar de tres impresionantes cascadas y una piscina natural en la parte inferior, todo en medio de exuberante vegetación tropical. Además del impacto económico directo, el Salto El Limón juega un papel crucial en la preservación del medio ambiente y la promoción del turismo ecológico.
Para garantizar la conservación y mejora de esta joya natural, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MMARN) ha anunciado una inversión de RD$11 millones para mejorar el acceso y la infraestructura alrededor del Salto El Limón. Esta iniciativa, en colaboración con organizaciones comunitarias y del sector público, busca asegurar que este destino turístico siga siendo un punto de referencia en la provincia de Samaná.
El recorrido hasta el Salto El Limón, de poco más de dos kilómetros, ofrece a los visitantes una experiencia única, en la que pueden disfrutar de la exuberante vegetación tropical, los bosques húmedos y los sembradíos de coco y cacao. Además, la comunidad local ofrece una variedad de opciones gastronómicas, como el Rancho Limón Adventure, para complementar la experiencia turística.
El Salto El Limón, con más de 35 años siendo aprovechado como destino turístico, continúa siendo un ejemplo de cómo el turismo sostenible puede beneficiar tanto a la economía local como al medio ambiente.
