Las personas que llevan un estilo de vida saludable tienen aproximadamente la mitad de probabilidad de desarrollar depresión en comparación con aquellas que no lo hacen, lo que sugiere que los cambios en el estilo de vida, como hacer ejercicio regularmente y socializar, podrían reducir el riesgo de depresión.
Barbara Sahakian de la Universidad de Cambridge y sus colegas analizaron datos sobre el uso de alcohol y nicotina, la actividad física, la dieta, el sueño y las relaciones de más de 280,000 adultos que viven en el Reino Unido. Los participantes completaron un cuestionario sobre su estilo de vida entre 2006 y 2010 y otorgaron a los investigadores acceso a sus registros de salud.
«Una vida saludable puede ser tu mejor aliada contra la depresión. Estudios revelan que siete sencillos hábitos pueden reducir significativamente el riesgo de desarrollar esta enfermedad debilitante.»
Durante el período de seguimiento de 13 años, se diagnosticó depresión en 12,916 participantes. Siete factores de estilo de vida se asociaron con un menor riesgo de desarrollar depresión después de que los investigadores ajustaron por edad, sexo, índice de masa corporal, nivel socioeconómico y educación. Estos factores fueron:
- Ingesta moderada de alcohol: Consumir alcohol con moderación es esencial para mantener un equilibrio en la salud mental. El abuso de alcohol puede contribuir a la depresión y la ansiedad. La moderación es clave para evitar estos riesgos.
- Nunca fumar: El tabaquismo no solo afecta la salud física, sino que también se ha vinculado a un mayor riesgo de trastornos del estado de ánimo, como la depresión. Dejar de fumar o nunca comenzar es una elección que puede tener un impacto significativo en la salud mental.
- Dormir lo suficiente: El sueño es fundamental para la salud mental. La falta de sueño puede desencadenar problemas de ansiedad y depresión. Mantener una rutina de sueño adecuada y de calidad es esencial para prevenir estos trastornos.
- Hacer ejercicio regularmente: El ejercicio físico libera endorfinas, las llamadas «hormonas de la felicidad», que ayudan a reducir los síntomas de ansiedad y depresión. La actividad física regular también mejora la autoestima y la calidad de vida en general.
- Comer una dieta saludable: La nutrición desempeña un papel crucial en la salud mental. Una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables, proporciona los nutrientes necesarios para el funcionamiento óptimo del cerebro y puede reducir el riesgo de trastornos del estado de ánimo.
- Socializar con frecuencia: La interacción social y el apoyo de amigos y familiares son fundamentales para mantener una buena salud mental. El aislamiento social puede aumentar la probabilidad de ansiedad y depresión. Mantener relaciones sólidas y participar en actividades sociales puede ser una defensa efectiva.
- Minimizar el comportamiento sedentario: Pasar largos períodos de tiempo en una posición sedentaria, como frente a una pantalla, puede contribuir al aislamiento y al sedentarismo. Reducir el tiempo de inactividad y fomentar la actividad física, como caminar o estirarse, puede mejorar el bienestar mental.
Luego, los investigadores clasificaron a los participantes según sus estilos de vida. Las personas que practicaban cinco a siete de estos hábitos tenían, en promedio, un 57 por ciento menos de riesgo de desarrollar depresión que aquellos que seguían menos de dos de los hábitos. Dormir lo suficiente, hacer ejercicio y socializar tenían la mayor influencia. Cada uno de estos factores se asociaba con aproximadamente un 20 por ciento menos de riesgo de depresión. Es por esta razón que, adoptar estos hábitos puede marcar una diferencia significativa en la salud mental y, en última instancia, en llevar una vida más equilibrada y feliz.
