RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Hacer cambios en el estilo de vida puede parecer abrumador, pero es esencial para prevenir enfermedades graves como el cáncer, una condición que, en algunos casos, se puede evitar. Así lo destacó recientemente el Dr. Jon Ebbert, internista y director médico del Centro de Adicción a la Nicotina en la Clínica Mayo, durante un encuentro virtual con la prensa internacional.
El especialista subrayó que, aunque modificar hábitos como dejar de fumar, reducir el consumo de alcohol y controlar el peso puede ser un desafío, estas decisiones pueden tener un impacto significativo en la reducción del riesgo de padecer cáncer.
El tabaco, el alcohol y la obesidad son factores de riesgo
El Dr. Ebbert destacó que tanto el consumo de tabaco como la obesidad aumentan la posibilidad de desarrollar cáncer en un 20 %, mientras que el alcohol eleva el riesgo en un 6 %.
Por lo tanto, recomendó a las personas que intenten dejar de fumar, reducir su ingesta de alcohol y controlar su peso, ya que estos cambios pueden reducir drásticamente el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer.
Sin embargo, reconoció que para quienes enfrentan adicciones, estos cambios pueden ser difíciles de implementar sin apoyo profesional. «A veces, las personas necesitan tratarse para poder hacer estas elecciones», explicó.
Relación entre hábitos y tipos de cáncer
El Dr. Ebbert advirtió que la obesidad está asociada con varios tipos de cáncer, como el de mama, colon, riñón, páncreas, hígado y útero.
El consumo de alcohol, por su parte, está vinculado con los cánceres de cabeza, cuello y hígado, mientras que el tabaquismo se asocia principalmente con el cáncer de pulmón, boca, garganta, laringe, páncreas, vejiga, cuello del útero y riñón. Incluso la exposición al humo de segunda mano puede aumentar el riesgo de cáncer de pulmón.
Además, no solo fumar cigarrillos es perjudicial, sino que masticar tabaco también está relacionado con los cánceres de boca, garganta y páncreas.
A pesar de la creencia generalizada de que el estado emocional y mental puede influir en el desarrollo del cáncer, el Dr. Ebbert aclaró que no hay evidencia científica que respalde esta idea.
«No se ha demostrado que una vida sin estrés o una mentalidad positiva sean medidas preventivas contra el cáncer», afirmó. Sin embargo, señaló que estos factores pueden ayudar a las personas a realizar cambios en su estilo de vida que podrían reducir el riesgo.
El Dr. Ebbert también subrayó la importancia de mantener una rutina de ejercicio regular y una alimentación balanceada para mejorar la salud general y reducir los riesgos de ciertos tipos de cáncer. Recomendó el consumo de frutas, verduras, granos, cereales y alimentos magros, al tiempo que aconsejó limitar los azúcares refinados, las grasas de origen animal y las carnes procesadas, que podrían incrementar ligeramente el riesgo de cáncer.
El ejercicio no solo ayuda a mantener un peso saludable, sino que también puede reducir el riesgo de cáncer de mama y colon.