Marianne de Tolentino nos acompañó en nuestra sección Intervista, donde compartió su historia de vida entre la cultura y el periodismo. Es una de las más destacadas analistas de arte en la República Dominicana, país donde llegó en la plenitud de sus veintes, desde su natal Francia, por amor. Entre las personas que influyeron en su culturización dominicana destaca a quien fuera su esposo el reconocido doctor Mario Tolentino y a una figura histórica del país, el profesor Juan Bosch.
Con una formación entre el Derecho y la Literatura, el arte es una herencia familiar que aprendió a analizar desde sus primeros años, a través de las obras de su madre, una de las mejores ilustradoras para niños de Francia.
“Me pasé toda la vida viéndola pintar, hasta limpiándole los pinceles, ella me preguntaba mi opinión, fueron años y años”.
Para la también directora de la Galería Nacional de Bellas Artes, un crítico es una especie de traductor del artista, y entiende que nadie puede traducir una obra que no le interese o le guste, por lo que no hay ningún derecho a criticar negativamente a un artista, pues por malo que sea, según sus palabras, es un ser muy sensible.
Marianne de Tolentino siente gran preocupación por el momento actual que vive la cultura dominicana, la ubica en la cuerda floja con el riesgo de convertirse en una subcultura, sobre todo por la juventud, destacando como la raíz del problema, la baja calidad de la educación que no enseña valores, pues ni los niños leen o conocen autores dominicanos.
En su orden de enseñanza destaca que se deben trabajar primero los buenos valores, el amor por la naturaleza y la tierra, que derivan en la supervivencia de la sociedad, pero una sociedad sin violencia y con respeto, y luego la parte cultural, el culto por el arte, que es importante desarrollar en los primeros años de la infancia.
Entiende que aunque el autor debe con sus obras construir y es lo ideal edificar, también la libertad de expresión es fundamental, lo que quiere decir que el autor debe sentirse absolutamente libre de escribir.
En su gusto por la lectura, el género protagonista es la novela, porque la transporta, y es fruto de la emoción, ella nos indica, que una emoción bien expresada logra transmitir ese sentimiento.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), proclama del 13 al 20 de octubre la Semana Mundial de la Novela. Para Marianne de Tolentino dentro de este género, la novela de historia es la más difícil de construir, pues se deben respetar los hechos reales, y como ejemplo, la que considera la mejor novela (además de polémica): La Fiesta del Chivo, de Mario Vargas Llosa.
Marianne de Tolentino como periodista, tuvo su primer encuentro que define como apasionado, en una conferencia de literatura que la llevó al Listín Diario en la década de los años 70.
“Yo creo que el periodismo dominicano es muy bueno y todavía hay periodismo”.
Amante de la palabra, con una vida inclinada a ramas de las Ciencias Sociales y Humanidades, Marianne de Tolentino aprendió a cultivar el arte de criticar el arte (en el buen sentido) y se mantiene en un triángulo amoroso entre el periodismo, la literatura y el arte, del que nunca podrá escapar.
